El milagro de Singapur | Sellmi

De ser una pequeña villa de pescadores, con escasos recursos naturales, ha pasado a convertirse en una de las grandes potencias mundiales. La historia de Singapur ha estado marcada por la ocupación, pero 50 años después de su independencia de Gran Bretaña y de su anexión a Malasia, el pequeño gigante del sureste asiático puede presumir de ser una nación moderna y cosmopolita. Su reducido tamaño (719,1 km² ), no le ha impedido alzarse como uno de los cuatro tigres asiáticos junto a Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán. Esta pequeña ciudad- estado constituye el tercer país con mayor renta per cápita del mundo, su centro financiero es el cuarto en importancia y su puerto el quinto que más mercancías mueve a nivel mundial. Además, cabe destacar su población, unos cinco millones de habitantes: alrededor de dos millones son de origen extranjero y entre los nativos, el 75% son chinos y el resto minorías de malayos, indios o euroasiáticos. Una diversidad que se refleja en los cuatro idiomas oficiales del país, que son el inglés, el chino, el malayo y el tamil. ¿Comenzamos el viaje?

Lujo y modernidad

Cuanto aterrizas en Singapur la ciudad impacta y te sorprende, debido a una variedad arquitectónica, gastronómica y cultural inigualable. Imponentes rascacielos, interminables avenidas, museos, teatros y restaurantes muestran la impresionante transformación de Singapur. El Marina Bay Sands es el hotel más lujoso y uno de los grandes reclamos para turistas y curiosos. Frente a él se hallan los Gardens by the Bay, unos inmensos jardines que fusionan naturaleza y la tecnología. En la orilla contraria, y con 165 metros de altura, la Singapore Flyer se presenta como la noria más grande del mundo, inaugurada en el año 2008. Además, custodiando el río y símbolo de la ciudad, se encuentra la estatua de Merlion: mitad pez, mitad león hace referencia al origen de la ciudad y su gran vínculo con el mar. Tras este paseo puedes desplazarte a Sentosa. En esta isla, totalmente artificial, encontrarás un complejo hotelero dedicado al entretenimiento, un parque de atracciones de Universal Studios, un acuario y diferentes playas. Los amantes del lujo y las compras deben visitar Orchad Road, una avenida que a lo largo de dos kilómetros tiene tiendas de las mejores firmas de moda y lujo. Para la última parada, acércate a Clarke Quay. Esta zona a orillas del río, que antiguamente fue el centro comercial de la ciudad, es hoy en día el lugar idóneo para relajarse y disfrutar en cualquiera de sus bares y restaurantes.  

 Los barrios étnicos

Existen tres barrios tradicionales, que representan cada una de las tres culturas mayoritarias. Chinatown con sus calles estrechas, repletas de restaurantes y pequeñas tiendas, permite al visitante fusionarse con la vida cotidiana de un barrio que se mantiene ajeno al paso del tiempo. Little India, donde el mundo de los aromas y la variedad de colores transforman este barrio en un lugar mágico. Y por último, Arab Street, entorno árabe donde la Mezquita Sultán domina el área con una impresionante construcción y su cúpula dorada.

La ciudad de las multas

La tolerancia, el respeto y la limpieza son las señas de identidad de este oasis urbano. Sin embargo, Singapur es una ciudad conocida por su política represiva y por su elevado número de multas y prohibiciones: no comer chicle, no abrazarse en público, no tirar basura a la calle, no comer ni beber en el metro, no escupir, no cruzar las calle por donde no debes…. Son solo algunos ejemplos de lo que no se debe hacer.

Sobran los motivos para viajar a Singapur y descubrir por qué se ha convertido en uno de los destinos más visitados y atrayentes de toda Asia.

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